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| Material: | 100% Poliéster |
| Ancho (cm): | 150 |
| Gramaje (g/m²): | 120 |
| Características: | Brillante, Lisa, Delgadas |
| Aplicación / Uso: | Camisas, Blusas, Kimonos, Accesorios, Monos |
| Método de Fabricación: | Impresión Digital Textil a una cara, todos los productos se fabrican de forma personalizada bajo pedido. |
| Cuidados: |
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El Raso Ámsterdam es un tejido de satén/ raso 100% poliéster con un gramaje de 120 gr/m2 y una anchura de 150 cm. Su color marrón corteza es resultado de una combinación de tintas cyan, magenta, yellow y black, con los porcentajes de 44, 40, 60 y 28 respectivamente, reflejando un aspecto sutilmente brillante y con una textura lisa y delgada. Este color cálido y natural combina perfectamente con otros colores tierra, complementándose especialmente con verdes, naranjas y amarillos.
Es importante destacar que este tejido está impreso en una sola cara por impresión digital textil, por lo que el color impreso es indivisible de la estructura de la tela base. La combinación de esta técnica de impresión con la alta calidad de la tela resulta en una superficie suave y brillante que resalta el color de manera singular.
Las características generales del tejido son su textura visual brillante, su tacto suave y liso y su delgadez. Es un tejido que se adapta a múltiples aplicaciones, destacando su uso en la moda, tanto para mujer como para hombre, en prendas como camisas, blusas, monos, faldas, pantalones y tops. También es adecuado para la confección de lencería, pijamas y vestidos de novias. Debido a su brillo y suavidad, es muy utilizado en la confección de pañuelos y otros accesorios.
El cuidado del Raso Ámsterdam es sencillo, evitando el uso de blanqueadores y eligiendo una temperatura máxima de 40ºC al lavarla. Se permite su limpieza en seco, salvo con tricloroetileno, y se debe planchar a temperatura baja. Además, puede secarse en secadora a baja temperatura.
La elaboración de este tejido se utiliza la tecnología de sublimación, que se basa en la transferencia de tintas a través del calor y la presión sobre el tejido. Este proceso permite que los pigmentos queden fijados en el tejido de forma permanente y resistente, manteniendo sus colores brillantes y vibrantes con el paso del tiempo.