Raso - Ámsterdam

La tela base del tejido es el Raso - Ámsterdam, un satén/raso compuesto por un 100% de poliéster de 120 gr/m2 y un ancho de 150 cm. El color liso impreso es un rosa carne, con un CMYK de 0 18 21 0. Este color secundario es suave, evocador y sutil, siendo una combinación entre el rosado y el beige. Al ser un tono pálido, es fácil de combinar con otros colores, siendo perfecto para añadir un toque de calidez y dulzura a cualquier diseño.

La tela base está impresa con el color liso a una sola cara por impresión digital textil, lo que significa que no es un tejido tintado, sino impreso de forma digital. Esto permite una mayor precisión en la reproducción de imágenes y colores, y un acabado más duradero. En términos de características, la tela base tiene una textura visual brillante, un tacto liso y delicado, y es bastante delgada. Estas características la hacen ideal para su uso en moda, tanto para prendas como accesorios, y también para lencería. Además, su gramaje y composición hacen que sea un tejido fácil de trabajar y manejar.

Las aplicaciones y usos de este tejido son múltiples. Por un lado, es perfecto para la creación de camisas, blusas, monos, faldas, pantalones, tops y pañuelos en moda femenina y masculina. También puede utilizarse para la confección de kimonos, pijamas y vestidos de lencería, incluyendo los de novias. El color rosa carne, por su parte, es ideal para prendas de uso cotidiano o para aquellas ocasiones más formales y elegantes.

Es importante tener en cuenta los cuidados de la tela, los cuales incluyen no blanquear, lavar a una temperatura máxima de 40ºC, admitir limpieza en seco excepto con tricloroetileno, planchar a temperatura tibia y secar a temperatura reducida en secadora. Estas precauciones pueden garantizar una mayor duración y calidad del tejido.

Por último, cabe destacar que este tejido está fabricado mediante tecnología de impresión digital textil conocida como sublimación de poliéster. Este proceso consiste en imprimir el diseño sobre un papel transfer que se transfiere al tejido a través del calor y la presión, logrando así la fijación del color en la fibra de poliéster. De este modo, se obtiene un acabado de alta calidad y durabilidad.